Lo que nos robó la hostilidad

13.01.2016 23:15

11:50pm, revisando mis redes sociales noto que uno de mis fotógrafos favoritos sube otra pieza de su trabajo a Instagram, ya saben, esa red social que permite colocarle filtros a las fotos para embellecer un poco nuestra realidad, y es que nos hemos acostumbrado tanto a un mundo gris y lúgubre que necesitamos de la tecnología para volver a ponerle algo de color. Un sorbo a mi café nocturno – que ya no me quita el sueño – y a través de un mensaje directo le pido al personaje que me envíe su trabajo literario, el cual amablemente ofreció al público, que como yo, asistió a escuchar su discurso sobre la persecución responsable de los sueños.

Su respuesta entra a mi correo electrónico doce horas después, sonrío involuntariamente tan solo al leer el título de ese esperado PDF “Quiero dibujar un beso tuyo”, y es que la mujer que afirme que no sonríe ante los romanticismos está mintiendo; no es el gesto, es quien lo hace. Me dispongo a leer con curiosidad y objetividad aquellas 112 páginas, algo prácticamente imposible, ya que su autor me ha cautivado desde hace 1 año con foto tras foto, escrito tras escrito, publicación tras publicación, me ha hecho reencontrarme con la Venezuela que extraño y me ha hecho amar a Caracas nuevamente.

Con frases bien argumentadas y sobre todo palabras salidas de su alma describe lo que significa un beso, de qué trata el amor para él, siento que me habla directamente a mí porque comparto sus ideas, ese romanticismo que me he visto obligada a opacar por diversas razones. Me doy cuenta, a través de sus palabras, como la hostilidad del mundo nos ha volteado el corazón, lo normal no es sentir amor lo normal es sentir desconfianza y dolor; por eso el mundo está como está, por eso nuestra sociedad cada día se pierde más. A medida que leo las palabras que cuidadosamente escogió para definir algo tan complicado como el amor, me siento más y más culpable por matar ese sentimiento, por no mostrar mis emociones y querencias pensado que es socialmente incorrecto.

Lo que la hostilidad nos robó fue la capacidad de amar a ciegas, de confiar en la otra persona, la decisión de dar ese salto al vacío con alguien más; la hostilidad de los malos ha hecho que digamos “Te amo” atrasados, que nos demos cuenta de cuánto amamos a alguien una vez que ya ha pasado a mejor vida, cuando ya no podemos tenerlo frente a nosotros para esperar una respuesta; esa misma hostilidad es la que hoy divide hogares, la que redujo el matrimonio a una simple convivencia de 2 cuerpos en un apartamento, la que no deja que abraces a tu enemigo, la que no deja que expreses tu cariño. La hostilidad nos ha robado todo el color del mundo, el cual solo podremos recuperar haciendo uso de la frase “No me importa lo que piensen los demás”, hagamos lo que amamos y gritemos al mundo que tenemos una pasión, que tenemos talento, que tenemos alma y que tenemos corazón. Hagamos saber al mundo, que solo por hoy, la hostilidad no nos ganó.