Oriana Rodríguez: Mi Amiga Canadiense

12.12.2015 13:19

Hace tan solo horas despedí en el Aeropuerto Internacional de Maiquetía a una de las mejores amigas que me ha dado la vida: Oriana Rodríguez, y la segunda vez no se compara en nada con la primera. Oriana, Orisk, Oreo, Ori u O, no importa el nombre por el que la llame ella siempre responde (cuando en medio de su despiste habitual se da cuenta que sí es con ella), es mi amiga desde hace 9 años, de esas compañeras de colegio que pasaron a ser hermanas de vida, la palabra incondicional le queda corta porque ella va mucho más allá.

Oriana es una hermosa persona con talento, pasión e inteligente de más, pero sobre todo una nobleza más allá de todo lo conocido por el hombre, optimista al 1000% siempre le ve el lado positivo a las personas o lo mejor a toda situación desastrosa, cuando las demás personas están convencidas que todo está hecho en el mundo ella es de las que dice “No, aún falta un poco más”; es de esas mujeres que no pone la zancadilla para verte caer, todo lo contrario, te apoya para verte triunfar.

Para quienes no la conocen ella fue una de las principales promotoras de mis locuras en los años de adolescencia, muchas de mis primeras veces fueron auspiciadas por ella, como por ejemplo: mi primer viaje a la playa sin mis padres, la primera vez que dormí en una casa ajena que no fuera de mi familia, o la primera vez que pude ir sola a una fiesta durante toda la noche. A ella y a su familia les debo muchas horas de colas en carro, horas de conversaciones, noches de diversión y sobre todo consejos de vida.

Oriana es la persona en mi vida a la que le digo algo como “Quiero publicar un libro” y de inmediato responde “Pásamelo, lo quiero leer”, no me juzga y siempre pero siempre me ha hecho creer en mí; no tiene pelos en la lengua cuando debe cantarme mis verdades pero es imposible molestarme con ella por hacerlo, puede convencerme literalmente de hacer cualquier cosa y es ese tipo de amiga que así aparezca 1 mes después siempre responde.

Oriana es venezolana de nacimiento, pero hace 5 años decidió mudarse a Canadá, una sociedad donde vi que pudo desarrollar (y aun lo hace) su máximo potencial, hoy en día regresa a su patria como una persona llena de valores, responsabilidad, amabilidad, coherencia y pensamiento crítico; se ha convertido en un ejemplo de ciudadana y una mujer de esas que aportan a su entorno cada vez que puede. Tiene un título universitario de Diseñadora Interactiva, una mezcla entre Diseñadora Gráfica e Ingeniera Informática, y yo no podría estar más orgullosa de todo lo que ha logrado.

Hace 5 años derramamos lágrimas en Maiquetía cuando fue su momento de partir a Canadá, en esa ocasión pude convivir aproximadamente 1 mes todos los días con ella, esta vez cuando volvió me di cuenta que entre nosotras nada ha cambiado, que siempre seremos amigas y esto es imposible de romper, no importa si nos separan 10 millones de kilómetros o si dejamos de vernos un largo tiempo, ella siempre será mi hermana y la amaré como tal, así como sé que ella lo hace conmigo. Hoy merece una entrada especial en mi blog porque soy fiel creyente de que cuando las personas tocan la vida de los demás uno debe compartir eso con el mundo. Esta despedida fue entre risas y miradas de complicidad, tú y yo compartimos secretos que solo nosotras sabemos, estoy feliz de que vuelvas al lugar que te hace tan feliz, que te ayudó a lograr ese nivel de éxito que siempre supe que tendrías y donde encontraste el amor en tu vida: Edmond Santelices (junto con sus hermosos cachorritos: Chachi y Tyko). Sé que nos veremos pronto, pero aun si no es así siempre estaremos conectadas a la vida de la otra, porque estas amistades jamás se rompen. ¡Vuelve rápido mi Ori, Venezuela te extraña!